La teología es la disciplina que estudia cómo concebimos a Dios: las características que se le atribuyen, la historia de su veneración y otros aspectos religiosos especulativos y apologéticos.
Mantiene una perspectiva filosófica al respecto, por lo que se distingue de la doctrina religiosa o de la literatura religiosa.
Dicho en otros términos, se trata del estudio de Dios tal y como lo propone una tradición religiosa específica, generalmente la cristiana.
Sin embargo, el concepto puede aplicarse también a otras tradiciones místicas y religiosas como el Islam y el Judaísmo.
A grandes rasgos, la teología se interesa por temas centrales en el culto religioso y su pensamiento filosófico de base, como la humanidad, la salvación, el mundo y la escatología (el fin de todas las cosas).
Se trata de un campo de estudio difícil de definir en abstracto, dado que sus orígenes se remontan a la tradición griega antigua y sus métodos a la cristiana medieval.
Terminología
El término teología tiene su origen en el latín theologia. Esta palabra, a su vez, proviene del concepto griego formado por theos (“Dios”) y logos (“estudio”).
La teología es, de esta forma, la ciencia que se encarga del estudio de las características y propiedades de la divinidad.
Se trata de un grupo de técnicas propias de la filosofía que pretenden generar conocimiento sobre Dios y el resto de las entidades calificadas como divinas. Ernest F. Kevan la define como la ciencia de Dios que se ha revelado a través de su palabra.
La palabra teología se empleó por primera vez en la Antigua Grecia, cuya religión politeísta iba de la mano de un pensamiento filosófico de los más importantes de los siglos IV y V a. C.
Se le atribuye por primera vez a Platón en su texto la República (379 a. C.), quien la define como la comprensión de los asuntos divinos mediante la razón humana.
Este sentido fue heredado por los romanos. Para ellos la teología se asimilaba al método de la proclamación de los dioses, de rendirles culto, de confesarse ante ellos y de esparcir su palabra.
El cristianismo venidero heredó a su vez dicho sentido formal, convirtiéndose en el equivalente medieval de una ciencia: un método consistente a través del cual explicar la fe.
Este criterio imperó durante el medioevo, dando inicio así a la teología cristiana, la mayor de todas sus variantes.
Importancia De La Teología
La teología es mucho más que un mero estudio de creencias y asuntos esotéricos, sobrenaturales o místicos. Involucra entre sus intereses un conjunto de conceptos filosóficos, culturales y sociales, afines a disciplinas como la antropología, historiografía, cosmología, etc.
Desde tiempos antiguos ha sido una disciplina central en la evolución cultural y la vida intelectual de las naciones, teniendo en algunos instantes históricos incluso un valor profético.
Aristóteles utilizó el término teología para denominar al pensamiento mitológico de los pensadores, antes del nacimiento de la Filosofía.
Esta denominación era irónica y peyorativa. Pero luego se utilizó la palabra teología como forma de nombrar a la rama más importante de la Filosofía, que luego sería llamada Metafísica.
San Agustín se inspiró en Marco Terencio Varrón para utilizar el término teología natural como la verdadera y comenzó el estudio de ella, para terminar escribiendo La Suma Teológica, por ejemplo, que significó un gran documento de la época para comprender las religiones.
Concepto de teología
El primer concepto de teología existente fue el de Platón, quien la definía como la aproximación al hecho divino mediante las herramientas de la filosofía, es decir, las herramientas de la razón, en vez de las artes poéticas de sus contemporáneos.
Para el contexto de la época, lo teológico sería equivalente a lo mitológico.
El Cristianismo, dominó el pensamiento en Europa durante el medioevo, con nociones heredadas tanto de la tradición judía como de la grecorromana.
Definía la teología como el estudio formal de las razones con las que se defendía y promulgaba la doctrina cristiana frente a otras religiones condenadas por falsas o infieles.
Así lo expresaron los primeros pensadores cristianos, como Orígenes Adamantius (siglo I-II), para quien la teología era “la verdadera doctrina sobre Dios y sobre Jesucristo como Salvador”.
Este espíritu dio nacimiento al catolicismo y su teología particular, que privilegió la fe por encima de la razón.
En ese contexto Anselmo de Canterbury (siglo X-XI) lo formuló como: “La fe busca entender”.
Por el contrario, en tiempos recientes se prefiere definirla como la “ciencia de la fe”.
Grandes teólogos
En la actualidad se cuenta con muchos documentos que hablan de teología y que explican a ciencia cierta cuáles son los fundamentos de la ciencia y sus métodos de investigación.
Mucho tiempo invertido, muchas horas de investigación, de plegarias y vida espiritual al servicio de explicar la fe y todo lo que la integra.
Alguno de sus autores más famosos y de los que aún podremos obtener copias de sus investigaciones son: Alberto Magno, San Agustín de Hipona, Santo Tomás de Aquino, Juan Crisóstomo, Jerónimo de Estridón, San Francisco de Sales, Gregorio Magno y uno muy cercano a nuestros tiempos, Joseph Ratzinger, es decir, el Papa Emérito Benedicto XVI.
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