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Libro esotérico

Francisco Brualla

Francisco Brualla

En los agitados días que vivimos, nos cruzamos a veces con seres cuyo enfoque de la Vida, cuyo ejemplo para enfrentar los problemas a que nos vemos abocados constantemente mediante la tranquila fe y confianza en un principio superior a todas nuestras mezquinas preocupaciones, cuya amplitud de miras e inclusividad, constituyen una senda rectora para cuantos han tenido la dicha de convivir o trabajar con ellos.

Uno de estos seres fue Francisco Brualla, el fundador y orientador constante de CONOCIMIENTO DE LA NUEVA ERA (SOPHIA), aun en aquellos últimos tiempos en que las dolencias que padecía su cuerpo físico debido al agotamiento que le produjeron largas jornadas de trabajo silencioso y anónimo durante tantos años.

Su vida

Francisco Brualla, Nació en Huesca, España, en 1879, viene a América en el año 1903.

En 1904 radica en Chile hasta 1918 pasando luego a los Estados Unidos donde se produjo el hecho decisivo de su vida, al conocer en 1921 – en una Fraternidad Mística de la cual era miembro – a la Sra. Alice A. Bailey, fundadora de la Escuela Arcana y difusora en Occidente de las enseñanzas de El Tibetano.

De aquel acercamiento hasta la fecha de su “paso al otro lado del velo”, su vida fue un constante sacrificio y un ejemplo del completo desinterés.

Se identificó completamente con el ideal de vida de los discípulos de los Grandes Seres que iluminan a la humanidad, adaptado a la necesidad y características de nuestro mundo occidental.

Fundadión de Sophia

Posteriormente pasó a Barcelona, España, y fundó para esta finalidad en el año 1931 el Centro de Estudios “Sophia” dedicado a impartir las enseñanzas de la Escuela Arcana, y conjuntamente con ésta surgió la revista “SOPHIA” como órgano del Centro de Estudios.

En síntesis, promueve aquélla una fecunda labor de encauzamiento de energías que integran la personalidad humana hasta convertirlas en instrumento apto y dócil, para ser utilizado por el Ser Espiritual que es el verdadero hombre, el Alma.

Impartió las enseñanzas de El Tibetano.

Brualla, Sembró la semilla espiritual en incontable número de estudiantes hasta que sobrevino el caos de la guerra civil española y aquellos surcos sembrados fueron cubiertos momentáneamente de odios, pero en la actualidad empiezan a germinar las imperecederas semillas de su siembra.

A raíz de la guerra civil salió de España y tomó nuevamente contacto con la señora Alice A. Bailey, y de este nuevo contacto se resolvió continuar la obra en Sudamérica, surgiendo en Buenos Aires en el año 1937, el Centro de Estudios “Sophia” – Escuela Arcana – y revista “Sophia”, hoy CONOCIMIENTO DE LA NUEVA ERA.

UNA VIDA DE SERENIDAD Y ARMONÍA

En medio del tumulto y de las pasiones de nuestras grandes ciudades de las cuales conoció muchas, vivió siempre serenamente, dedicándose a difundir el ideal del servicio a la humanidad y a cada uno de los hombres mediante la ayuda espiritual, la palabra reconfortante y la solución adecuada de sus verdaderos problemas.

Sin dogmas, fronteras ni razas

Francisco Brualla no conocía divisiones ficticias que separan a los hombres, ni dogmatismos estrechos, ni depositarios únicos de la verdad; nunca preguntaba por las convicciones religiosas, políticas o de cualquier índole de quienes pedían su ayuda o consejo.

Vivía esa universalidad que le hacía decir constantemente:

“La vida se manifiesta por muchos canales: nosotros debemos ver la acción de la misma en todas las manifestaciones y en todos los seres humanos; todas las religiones tienen su utilidad y cuando sus representantes y creyentes están realmente inspirados por el deseo de acercarse a los hombres, a la divinidad, tal como la comprenden, contribuyen al progreso y a la evolución de la humanidad.”

No tenía ambiciones materiales de especie alguna y, naturalmente, no tenía bienes materiales de ninguna naturaleza. Decía:

“Tended confianza en la Vida, vivid para vuestros semejantes, servidlos en la medida de vuestras posibilidades, y ella proveerá a vuestras necesidades y a las de la obra de servicio”.

Su confianza en este sentido nunca fue defraudada pues siempre tenía justamente lo que precisaba para realizar su obra, cumpliéndose así exactamente sus palabras.

La nueva Era

Al mismo tiempo cuando se trataba de efectuar algún gasto para tareas de servicio, nunca vaciló en hacerlo, aun cuando en ese momento no disponía de los medios necesarios.

La Vida proveerá – repetía – y la fe operaba el milagro. Fue también de esta manera que se publicaba CONOCIMIENTO DE LA NUEVA ERA.

Nunca tenía el dinero para pagar la factura de la imprenta del mes próximo. Pero cuando llegaba el último día del mes, la Vida le había provisto y la existencia de la caja cubría el costo.

Esta fue la experiencia comprobada decenas de veces.

Las trayectorias de las obras inspiradas en el bien de los hombres están bendecidas por la presencia en espíritu de aquellos que en vida colaboraban con su corazón en ellas.

Así que CONOCIMIENTO DE LA NUEVA ERA está protegida por la irradiación de amor de su fundador don Francisco Brualla que, desde su desaparición de los planos físicos, acompaña constantemente su derrotero y su misión, inspirando desde lo alto a quienes trabajan y luchan por el triunfo de los ideales que difunden su legado.

Libros sobre Francisco Brualla

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Esperamos que los disfrutes y te sean de gran ayuda.

Un Abrazo, amable lector.

Libros de Francisco Brualla

Brualla, Francisco

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