El Sufismo es un camino espiritual, concretamente la dimensión mística e iniciática de la religión del islam.
Es necesario, sin embargo, diferenciar entre la religión externa y su parte interna.
El Sufismo sería el corazón, aquello más esencial que trasciende las formas religiosas.
La relación entre ambos es semejante a la que hay entre un fruto y su cáscara: ésta sería la parte externa, esotérica, cuya función es proteger el fruto, pero la parte comestible es la interna, el fruto, que equivale a la parte esotérica (oculta) o Sufismo.
Definición
Según los propios sufíes, el sufismo representa la dimensión espiritual del islam.
Sin embargo, no todos los musulmanes están de acuerdo y consideran que el sufismo es una innovación contraproducente y reprobable que no tiene ningún fundamento ni en el Corán ni en la tradición profética.
Se ha definido también el Sufismo como un ‘sabor’, lo que significa que es un camino de experiencia.
Por ejemplo, solo podemos saber el sabor exacto de la miel probándola, experimentándolo, pues, por mucho que nos lo intenten explicar, si no la probamos no captaremos su sabor real.
Todas les técnicas del método del sufismo, como los mantras, la danza del Sema o la audición de música y poesía entre otros, están así orientadas a abrir un paso hacia el corazón, ‘órgano’ espiritual y centro del conocimiento profundo.
El Sufismo es por definición lo más opuesto a cualquier forma de rigidez, fanatismo o imposición; los sufíes citan a menudo un versículo del Corán que dice: “No puede haber imposición en cuestión de religión”.
De hecho, varios sufíes fueron perseguidos por las autoritades ortodoxas acusados de ‘herejes’, proceso común también en otras religiones.
Ahora esto ha cambiado, ya que el Sufismo se ha universalizado, por ejemplo, la obra de Rumi es estudiada en todo el mundo por musulmanes y no musulmanes, ya que su mensaje de paz, belleza y amor es común en todas las religiones.
En Turquía las tariqas sufíes estuvieron prohibidas durante un tiempo hasta que los políticos se percataron que eran un importante reclamo turístico.
Tanto es así que hoy en día Turquia presume de sus místicos sufíes y los ha puesto en un lugar preeminente de su cultura.
El Corán y los profetas
El Sufismo tiene su raíz en la revelación del Corán, el libro revelado que recibió Muhammad, considerado el último de los profetas de la larga cadena profética de la humanidad.
Se dice que ha habido 124.000 profetas a lo largo de la historia, y cada uno de ellos ha traído su mensaje específico en el momento en que era necesario.
Esta cadena incluye tanto los de la llamada tradición ‘bíblica’ con los de las religiones orientales. Muhammad, considerado el último, es conocido como el ‘sello de la profecía’, ya que finaliza este largo proceso.
Se considera así que el islam es una religión sintética, pues confirma y actualiza los mensajes anteriores.
La perspectiva sufí, por tanto, acepta la unidad de todas las religiones y caminos espirituales.
Aunque el origen y núcleo del Sufismo deben situarse en la revelación del Corán, en su formación como método ha recogido e integrado influencias de otras tradiciones, como el hinduismo, el budismo, el cristianismo antiguo, etc.
Por ejemplo, algunas formas de dhikr (los mantras sufíes) fueron aportadas por sufies de Ásia Central que estaban en contacto con las religiones orientales.
Lo que es innegable es que la historia del sufismo se remonta a la misma época del profeta Mahoma y que, con el paso del tiempo, ha evolucionado hacia una gran diversidad de formas que no siempre han respetado las premisas originales.
Otras definiciones
Según las enseñanzas más antiguas documentadas, el sufismo no niega ni rechaza la normativa religiosa común a todos los musulmanes (sharía), sino, al contrario, la toma como apoyo indispensable, profundiza en ella y la completa, y así favorece una mejor comprensión de la realidad divina y la realización de la tradición profética.
Hay 4 definiciones posibles del término “Sufi”:
1. Los sufíes antiguos vestían de lana (‘suf’), asociada a la humildad.
2. Los compañeros más próximos al profeta Muhammad se instalaron en unas porchadas cerca de su casa que se llamaban ‘sofa’.
3. Del término ‘safi’, que significa ‘pureza’; el sufí es así quien busca la pureza.
4. Del témino griego ‘sofia’, que significa ‘saber’, ya que el sufí busca también el saber.
La diversidad del sufismo afecta directamente a los diferentes métodos que, a partir del siglo XII, se empiezan a organizar en “cofradías o vías” (turuq), lideradas por un maestro fundador y una cadena de transmisión específica.
Un ejemplo de esta pluralidad lo encontramos en la importancia que las cofradías confieren a ciertas “ciencias o artes tradicionales” como instrumentos propios de su método.
Secundarias desde un punto de vista estrictamente religioso, no por eso son siempre dispensables: como es el caso de la música, el canto, la danza, el tiro con arco, la caligrafía, la astrología, la alquimia, etcétera.
El sufismo no se convirtió en un sistema de puntos de vista bien formado, expresamente formulado y estrictamente definido en ninguna etapa de su desarrollo.
El sufismo no es un sistema ideológico conciso; es más bien un número de sectas, escuelas y tendencias unidas sólo en el campo del sufismo práctico – práctica ceremonial donde por medio del éxtasis y el discernimiento los sufíes lograron una cognición espiritual e intuitiva de la deidad.
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