Don Santiago Bovisio nació en Bérgamo, Italia, el 29 de Septiembre de 1903.
Su escolaridad formal fue en Vigevano, una pequeña ciudad en ese entonces, como así también en un monasterio Pasionista en Turín. Posteriormente, Don Santiago participó, como estudiante, en una Orden esotérica en Venecia. Todos los miembros de esa Orden, dijo él más tarde, desaparecieron en la devastación de la Segunda Guerra Mundial.
Pocos años después de llegar a Buenos Aires, Don Santiago se casó con Amelia Taccagni y con ella formó una familia. Amelia lo acompañó a lo largo de su vida, no sólo como una esposa y madre, sino como una devota compañera espiritual.
Carrera Espiritual
Durante sus primeros 10 años en Argentina, Don Santiago se esforzó por difundir su visión de la vida espiritual. Dio charlas, escribió publicaciones y organizó actividades para el adelanto humano.
Durante esos primeros años, Don Santiago creó su primera institución pública, la Unión Savonaroliana, que reunía gente una vez por semana para orar, estudiar y planificar trabajos de naturaleza social en beneficio de la sociedad.
Era un trabajo con una orientación social concreta; los miembros de esa institución regularmente visitaban a los enfermos en los hospitales, ayudaban en las cárceles y trabajaban con los pobres en diversas formas. Algunas de las personas con las que Don Santiago se encontró en esos días y tenían el anhelo de profundizar su trabajo espiritual.
La fundación de Cafh
Respondiendo a ese anhelo, en 1937 Don Santiago fundó Cafh, un camino espiritual que ofrece a las almas los medios para desenvolver una mística de amor y ofrenda, con una enseñanza universal al alcance de todos los seres humanos.
En los primeros años, Don Santiago pensó que Cafh sería similar a la Orden esotérica europea que él había conocido –pequeña en número y desconocida para la sociedad.
En la Enseñanza de Cafh, Don Santiago dio su visión del desenvolvimiento espiritual, del devenir, de las grandes religiones y de la ascética-mística Judeo-Cristiana, además de enseñanzas tradicionales de las escuelas esotéricas relativas a los mundos astrales y mentales. La ascética-mística se basaba en la oración, la meditación, el autocontrol y la práctica de acciones honestas y, en los primeros años, fue practicada por un pequeño número de individuos.
Hacia 1948 Don Santiago comprendió que Cafh tendría un futuro muy diferente del que había imaginado: la enseñanza universal de Cafh estaría disponible para todos los seres humanos que aspiraran a desenvolver sus posibilidades espirituales.
Desde 1948 hasta 1962 Don Santiago trabajó para establecer las bases de lo que es Cafh al día de hoy: una organización espiritual con un Reglamento, un Método de Vida y un Ceremonial que le da a sus miembros los medios para trabajar espiritualmente y desenvolver sus estados de conciencia.
Los miembros de Cafh se reúnen semanalmente en pequeños grupos para estudiar, meditar, dialogar y profundizar en la vida spiritual.
Visión
Don Santiago fundó grupos de Cafh en Argentina, Brasil, Chile y Venezuela. Durante su vida, Cafh dejó de ser una orden secreta: él abrió Comunidades y casas de Retiro, creó instituciones y obras patrocinadas por Cafh que hicieron explicita su existencia.
Más aún, Don Santiago enseñó a los miembros de Cafh la necesidad de brindar el Mensaje de Renuncia a la sociedad y de poner Cafh a disposición de todos aquellos que desearan desenvolverse espiritualmente.
Don Santiago transmitió la enseñanza a través de una amplia variedad de escritos así como a través de Mensajes presentados cada año en la asamblea anual de Cafh.
Si bien Don Santiago fundó Cafh inspirado en la tradición de las órdenes esotéricas europeas, desde el primer momento insistió–y en 1937 lo escribió en el curso Desenvolvimiento Espiritual– que la humanidad estaba entrando en una nueva era, que grandes cambios ocurrirían en la sociedad y que se descubrirían posibilidades jamás soñadas.
Con esta visión y el trabajo interior ya realizado por los miembros de Cafh, en el Mensaje de 1956 Don Santiago amplió el rumbo del camino místico–hasta entonces un camino de introspección y oración–hacia un enfoque más expansivo: un camino que abraza a la sociedad y la condición humana. Don Santiago enseñó que la Participación con todas las almas es la esencia del amor.
Círculo de la vida
Un día, en la década del cuarenta, en un retiro espiritual en el campo, en Argentina, un estudiante le pidió a Santiago Bovisio que explicara la diferencia entre Cafh y otros caminos espirituales.
Don Santiago dibujó un círculo con su dedo en el piso de tierra.
“Este círculo es el ‘Yo’; todo fuera de él es la totalidad de la realidad”.
Luego con el dedo borró el círculo y dijo:
“Ésta es la vía hacia la Unión en algunos caminos, tal como el Budismo”.
Con el dedo dibujó otro círculo, y comenzó a expandirlo como una espiral, más y más amplio, diciendo:
“Ésta es la vía hacia la Unión en Cafh, expandiendo el “Yo”, incluyendo más y más de la realidad hasta que abrazamos el Infinito.”
Santiago Bovisio fundó Cafh, un camino de desenvolvimiento spiritual, el 3 de Marzo de 1937 en Buenos Aires, Argentina.
Aquéllos que aún están vivos y recuerdan los primeros días de Cafh, expresan un profundo sentido de gratitud y amor por Don Santiago, quien les dio tanto: el amor y la simplicidad de su presencia, sus profundas enseñanzas espirituales, la Mística del Corazón y un método de vida que le permite a uno desenvolver permanentemente un amor, una presencia y una participación cada vez mayor con toda la humanidad.
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