Cuando se utiliza la palabra “Hermetismo” se hace referencia, sin precisárselo, al menos a tres nociones diferentes.
Cada una de ellas ofrece, a su vez, algunas notas internas que determinan y distinguen su significado.
Existe en primer lugar una acepción de “hermetismo” usada literariamente, que es indiferente y técnicamente convencional, y que se podría catalogar como “no comprometida”,
pero que, en realidad, apenas se examina a fondo, se comprueba que es reductiva de la amplia noción del fenómeno hermético
que evoca la palabra para el lector no prevenido: un tipo peculiar de literatura filosófico-religiosa teñida de mística y esoterismo.
Literatura hermética
De acuerdo con la aludida convención de base académica, la literatura hermética se reconoce por tratarse de un género constituido por la forma literaria común y especial que ofrece determinados escritos religiosos y filosóficos.
En ellos un personaje divino o divinizado, denominado Hermes Trimegisto, trasmite una especie particular de sabiduría y doctrina sobre Dios y su dominio divino, sobre el mundo y sobre el hombre, a través de un diálogo que este transmisor superior sostiene con un discípulo
que aparece asimismo como un modelo de agente receptor del mensaje y que igualmente pertenece a la raza de los seres sobrenaturales,
ya que puede ser un hijo o pariente de Hermes – como Tat- o bien ser un miembro perteneciente a la generación de los seres superiores, como Asclepio, Ammón y otros del mismo linaje.
una segunda acepción del vocablo “hermetismo”, en cambio, amplia e indefinida y a la que se podría calificar de “popular” o ecléctica y “esoterizante”.
Esta designación manifestando una cierta generosidad receptiva, combina elementos diversos que han aparecido en la larga historia de los escritos relacionados con Hermes y las diversas interpretaciones que ha suscitado y que genera asimismo un concepto que asume acríticamente.
En este caso el hermetismo es la expresión de la sabiduría humana más antigua, que ha sido trasmitida por ciertos pueblos, especialmente orientales, o por algunas agrupaciones o individuos
espiritualmente privilegiados, cultivando la disciplina de lo que se comunica y debe entregarse secretamente.
Definición por Hermes
El legendario sabio Hermes, generalmente entendido como un antiguo personaje de origen egipcio, ocupa el lugar privilegiado.
El vocabulario cotidiano involuntariamente abona este significado cuando utiliza el vocablo “hermético” como sinónimo de “cerrado” o “impenetrable”. Los postulantes de esta segunda opinión no se detienen en reflexionar metódica y sistemáticamente sobre la validez de la concepción que sostienen, aunque sus seguidores hacen uso de un procedimiento que, al accionar de este modo, inadvertidamente degradan la noble caracterización que les parece defender.
Y no sólo rebajan esta caracterización, sino asimismo la de “gnosis”, incluyendo, a veces, ambos términos en un mismo campo significativo.
De este modo una indicación amplia que aluda al hermetismo como “sinónimo de ocultismo o esoterismo” y esto -en la medida en que cualquiera de ambos vocablos encierra un
conjunto de tendencias cuya base se encuentra en la filosofía oculta o perenne-, particulariza ilustrativamente esta postura.
Sin duda, quien no ha estado buscando un método confiable de entrenamiento para un verdadero y auténtico conocimiento, en vano buscado por años, incluso por toda la vida.
Divina Providencia
El ardiente deseo para este noble objetivo hizo a la gente una y otra vez coleccionar un montón de libros, de cerca y de lejos, supuestamente lo mejor de lo mejor, pero que tenían una gran deficiencia para guiar a una práctica real.
No uno, sin embargo, de todos los investigadores podría dar algún sentido de todo el staff coleccionado en el curso del tiempo y la meta apuntada fervientemente se desvanecía más y más en una nebulosa distancia.
Mientras que uno o los otros comenzaron a trabajar en el progreso, después de las instrucciones altamente elogiadas, su buena voluntad y diligencia nunca vio resultados prácticos.
Aparte de esto, nadie podría confiablemente responder a estas preguntas sí o no, solo en la medida que la ha seleccionado como la correcta en su caso individual.
Justo en el tiempo, la Divina Providencia decidió ayudar a aquellos investigadores quienes han estado buscando con dura resistencia para encontrar el significado y la vía para su desarrollo espiritual.
A través de este libro universal, son otorgados métodos en las manos de la humanidad por uno de los más altos iniciados quien fue elegido por la Divina Providencia para esta tarea especial.
Puede ser dicho sin exageración que nunca antes estos métodos mágicos completos, han sido accesible para el público.
HERMETISMO FILOSÓFICO
Hermetismo, en efecto, viene a ser el apelativo de un mundo, con su religión, filosofía, ciencia, inventos y cultura en sus múltiples dimensiones, un mundo que ha permanecido activo y consciente hasta nuestros días.
La bibliografía sobre el mismo no sólo es inmensa, sino que, de algún modo, toda la historia de la cultura hasta el nacimiento del mundo científico moderno, y la historia de una serie de subculturas también después de esta fecha está en relación con él.
Sólo una enciclopedia podría dar cuenta cumplida de organizar una bibliografía completa sobre el hermetismo en este sentido amplio.
Quizá sea ésta una de las razones por las que se ha planteado el problema del concepto o los conceptos de lo «hermético».
Hermetismo Árabe
A propósito del hermetismo árabe, M. Ullmann contrapone el criterio de L. Massignon, muy semejante al de Fabricius arriba citado, con el de M. Plessner, para quien «hermetismo» sería todo aquel tipo de literatura cuyos escritos se presentaran como revelación, literatura para la que la ciencia no se consiguiera mediante argumentos filosóficos o pruebas lógicas, sino que fuera el fruto o resultado de una revelación superior.
Ullmann rechaza ambos criterios y considera herméticos a todos y solos los escritos que de una u otra manera son atribuidos o puestos en relación con Hermes.
El hermetismo cree que Dios creó el cosmos a través de la palabra, o sea que su pensamiento se volvió actividad por medio del Verbo divino.
El hombre puede pensar y hablar, dos habilidades que lo pueden volver inmortal.
La palabra y la voz no son indistintas, ya que la primera puede tener en sí misma el valor del pensamiento y, por lo tanto, estar colmada de poder y sabiduría.
En el pensamiento encontramos la palabra, y por eso ésta es común a todo ser humano; es la voz el elemento que se diferencia de uno a otro. Dado que el hermetismo tiene sus orígenes en la cultura egipcia no es raro que goce de un lenguaje altamente simbólico, poco cercano a otras teorías filosóficas. Para el hermetismo, es preferible el silencio antes que una palabra que no esté infundida del noûs.
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